viernes, 2 de mayo de 2014

Abre mis ojos y mi corazón para ver y comprometerme en el amor

Abre mis ojos y mi corazón para ver y comprometerme en el amor


Postrado en tu presencia quiero rendirte
la mejor alabanza y acción de gracias;
creo en ti, Señor, pero aumenta mi fe;
que se abran los ojos de mi corazón
al misterio infinito de tu presencia
para que descubra tu amor;
eres grande, Señor, y tu amor es infinito;
no soy digno, Señor, de estar en tu presencia
disfrutando de tanto amor,
pero aunque indigno me acerco a ti con humildad
reconociendo mi nada y mi pecado
y quiero decirte, Señor, que te amo;
es un amor débil y pequeño como pequeña es mi vida,
quisiera poner en ese amor todo mi corazón,
pero muchas veces ando dividido por mi pecado,
pero aún así te repito una vez más que te amo,Señor,
y quiero hacerlo con todo mi corazón,
con toda mi vida,
con todo mi ser,
con todo lo que soy y lo que tengo
que lo he recibido de ti;
gracias, Señor, por hacerme partícipe de tu amor
y que yo también pueda amarte
a pesar de mis debilidades y fracasos;
te amo, Señor,
y en tus manos quiero ponerme.

Abre mis ojos, Señor,
los ojos no solo de mi sentidos sino los de mi alma
para que pueda amar con un amor como el tuyo;
abre mis ojos para que sepa tener
una mirada nueva y llena de amor
hacia mis hermanos los que caminan a mi lado,
a los que tantas veces me cuesta amar
como tú los amas,
como tú me amas;
abre mis ojos, Señor,
para que sea sensible
a las necesidades y sufrimientos
de cuantos me rodean;
pero abre mi corazón al amor
para que no me quede con los brazos cruzados;
nos puede parecer que nada podemos
o que las necesidades
y los sufrimientos de los hermanos son grandes,
pero tú nos enseñas
que siempre hay algo que podemos hacer,
siempre habrá los cinco panes de cebada de mi pobreza
que tengo que estar dispuesto a compartir;
¿qué puedo hacer con mi pobreza
ante la pobreza de los demás?,
me puedo estar preguntando
lleno quizá de dudas y de temor,
pero tú me estas diciendo
que con ese pequeño grano de amor
que yo pueda poner desde mi pobreza
muchas otras solidaridades se pueden despertar
y la espiral del amor y la solidaridad
puede comenzar a abrirse
para abrazar a todos con un nuevo amor
y un nuevo compromiso por los demás.

Ayúdame, Señor,
a que no me reserve nada para mí;
que sea generoso en mi corazón
poniendo todo lo que soy en bien de los demás;
que mi palabra y mi presencia
vayan repartiendo amor,
consuelo,
ilusión y esperanza
a tantos que se sienten desheradados
pero que en mi amor pueden encontrar
una luz para sus vidas.

Que no me encierre nunca en mi mismo,
que abra, Señor, mi corazón
y me decida a amar para siempre
con un amor como el tuyo.

Hazme generoso, Señor;
dame el consuelo y la fuerza de tu amor.

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